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domingo, 19 de abril de 2015

LOS LACTEOS YOGUR Y QUESO SON BENEFICIOSOS PARA NUESTRA MICROBIOTA


Los yogures y leche ácida en general, tienen propiedades probióticas y fortalecen la flora intestinal y el sistema inmunitario por la presencia de diferentes cepas de Lactobacilo búlgaro (Lactobacillus bulgaricus), del estreptococo Termófilo (Streptococcus thermophilus), lactobacilo Casei (L.Casei); Bifidobacterias (bifidobacterium);  y del Lactobacilo Yoghurti; entre otros.
Además el consumo de queso parece ser que protege nuestro corazón, disminuyendo el colesterol.
Para que ejerzan sus efectos beneficiosos para la salud los quesos y los yogurt y demás lácticos con microorganismos vivos llamados probioticos se deben tomar regularmente en nuestra dieta (los efectos beneficiosos aparecen a las primeras semanas de su consumo y duran hasta algunas semanas después de dejar de consumirse).
Si contienen grasa hay que tomarlos con moderación para evitar engordar.
Cientos de especies diferentes de bacterias, pertenecientes a decenas de géneros diferentes de bacterias, los Lactobacillus y las Bifidobacterias se consideran como las mas interesantes para utilizarlas como probióticos; por sus beneficios saludables (por ejemplo las Bifidobacterias en lactantes) y porque un porcentaje importante de las consumidas en la dieta llegan de forma viable al intestino, para ejercer su acción beneficiosa. Las Bifidobacterias son menos resistentes al oxigeno y al tratamiento térmico.
La definición de Probióticos ha sido dada por R. Fuller en 1989 como "Aquellos microorganismos vivos, principalmente bacterias y levaduras, que son agregados como suplemento en la dieta y que afectan en forma beneficiosa al desarrollo de la flora microbiana en el intestino"
La protección de estos microorganismos se lleva a cabo mediante dos mecanismos:
·        El antagonismo que impide la multiplicación de los patógenos y la producción de toxinas que impiden su acción patogénica. Este antagonismo esta dado por la competencia por los nutrientes o los sitios de adhesión.
·        Mediante la inmunomodulación protegen al huesped de las infecciones induciendo a un aumento de la producción Inmunoglobulinas, aumento de la activación de las células mononucleares y de los linfocitos. Las bacterias ácido lácticas pueden colonizar transitoriamente el intestino y sobrevivir durante el tránsito intestinal además, por su adhesión al epitelio, modifican la respuesta inmune local
Ha sido probado in vitro o in vivo el efecto de los probióticos en estados patológicos como diarreas, vaginitis, infecciones del tracto urinario, desordenes inmunológicos, intolerancia a la lactosa, hipercolesterolemia y alergia alimentaria.
Ademas parece ser que también protegen nuestro corazón, como muestra la famosa ‘paradoja francesa. Al efecto protector sobre la enfermedad cardiovascular del resveratrol del vino y del estilo de vida mediterraneo, se suma ahora el del queso, de acuerdo con una investigación que se publica en «Journal of Agricultural and Food Chemistry».
Algunos estudios han apuntado al resveratrol del vino tinto como una factor protector pero a tenor de los datos del trabajo de la Danish Dairy Research Foundation, es posible que el queso sea más beneficioso que dañino.

Beneficios de los lácteos

Hanne Bertram y su equipo parten de algunos estudios que sugieren algunos efectos positivos de determinados productos lácteos. Por ejemplo, un estudio encontró que el queso reduce el colesterol ‘malo’ en comparación con la mantequilla con el mismo contenido de grasa, lo que sugiere que el alto consumo de queso podría ayudar a explicar la paradoja francesa. Para investigar más a fondo esta asociación el equipo de Bertram analizó cómo se digiere queso.
Y sorprendentemente vieron que cuando los participantes se consumian  productos lácteos, pero especialmente el queso, su microflora parecía cambiar. En sus heces, encontraron que los que consumieron queso tenían mayores niveles fecales de butirato, un compuesto producido por las bacterias intestinales. Niveles de butirato elevados están relacionados con una reducción del colesterol, explican. También tenían niveles más bajos que el grupo de control de trimetilamina-N-óxido (TMAO), un metabolito llamado trimetilamina-N-óxido (TMAO), que es el que promueve la aterosclerosis, y que se encuentra en muchos alimentos de origen animal, especialmente carne roja.
Los hallazgos sugieren que el queso y la leche podrían ayudar a modificar las bacterias del intestino con el fin de reducir la producción de TMAO, lo cual reduce el colesterol malo. Y aunque reconocen que no están seguros si el aumento de los flora intestinal proviene directamente del queso o si se formaron por la microbiota, creen que el queso afecta la microbiota, y que podría hacerlo a la composición de los lípidos en la sangre.
No obstante advierten que es un estudio muy pequeño y que harán falta más trabajos, más grandes y sobre poblaciones más distintas, para resolver la paradoja francesa.
Extraído de


1 comentario:

Dose Pharmacy dijo...

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