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lunes, 21 de agosto de 2017

PORQUE EL CEREBRO A VECES NOS ENGAÑA SIN QUE NOS DEMOS CUENTA





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Si bien todos queremos creer que somos racionales y lógicos, lo triste es que estamos constantemente bajo la influencia de sesgos cognitivos que distorsionan nuestro pensamiento, los principales sesgos son nuestras creencias, emociones y nuestras expectativas.

Las emociones juegan un papel critico en nuestra toma de decisiones y con eso juegan los politicos, los vendedores, los timadores y todo el mundo en general con los que tiene cerca (hasta los nietos y los abuelos). Existe una parte del cerebro dedicada al manejo de las emociones y en momentos de calma y serenidad controlada por el cortex cerebral y la razon. Pero en momentos de peligro, miedo, ansiedad, estrés y desesperación la parte emocional se impone a la razon. Esto lo saben los terroristas, los dictadores, los pervertidores que abundan en todas la religiones, credos y sectas. Asi manipulan y dominan a sus victimas.

Nuestro intestino tiene una red neuronal que es como un segundo cerebro, con tantos millones de neuronas como el cerebro de un gato y que se comunica con nuestro emocional. La intuicion tiene cosas buenas pues nos permite tomar decisiones rápidas sin pensar mucho y que nos defiendes de ciertos peligros.
 
Por ello nuestras decisiones no son tan racionales como deberian ser. A veces tienen estos sesgos que todos detectamos, pero otros sesgos son sutiles y casi imposibles de detectar y neutralizar.
Los siguientes son sólo algunos de los diferentes sesgos cognitivos que tienen una influencia poderosa en cómo uno piensa, cómo se siente y cómo se comporta:
  • 1.       Lo que confirma lo que suponíamos
  • 2.       A toro pasado decir que ya sabiamos los que ha ocurrido
  • 3.       Influencia de la primera impresión o información
  • 4.       Influencia de las cosas que sucedieron después del evento real, cambian el recuerdo
  • 5.       Nuestro juicio es diferente si somos el actor (echamos la culpa a otros) o el observador en una situación
  • 6.       Creer que otras personas próximas piensan y son como nosotros mismos.
  • 7.       Efecto halo por el que sobrevaloramos a los famosos y a los guapos
  • 8.       Propensión a colgarse medallas
  • 9.       Tendencia a generalizar casos concretos

1

La gente tiende a aceptar la información que confirma las creencias que ya tienen.
Esto puede ser especialmente cierto cuando se trata de temas como el control de armas y el calentamiento global - en lugar de escuchar a la parte contraria y considerar todos los hechos de una manera lógica y racional, la gente tiende a buscar cosas que refuerzan lo que ya piensan cierto. En muchos casos, las personas de dos lados de un problema pueden escuchar la misma historia, y cada uno se quedará con la interpretación que valida su punto de vista existente.

2

Un sesgo cognitivo común implica la tendencia a ver eventos, incluso aleatorios, como más predecibles de lo son. En un experimento de psicología clásica, a los estudiantes universitarios se les preguntó si pensaban que el entonces nominado C. Thomas sería confirmado a la Corte Suprema de los Estados Unidos. Antes de la votación en el Senado, 58% de los estudiantes pensaron que Thomas sería confirmado. Los estudiantes fueron encuestados nuevamente siguiendo la confirmación de Thomas, y un asombroso 78% de los estudiantes dijeron que habían creído que Thomas sería confirmado.
Esta tendencia a mirar hacia atrás sobre los acontecimientos y creer que "lo sabíamos todo el tiempo" es sorprendentemente prevalente.

3

También tienden a ser excesivamente influenciados por la primera pieza de información que escuchamos, un fenómeno conocido como el efecto de anclaje o de anclaje.
Por ejemplo, el primer número expresado durante una negociación de precios se convierte típicamente en el punto de anclaje del cual se basan todas las negociaciones adicionales.
Este pequeño sesgo cognitivo no sólo influye en las negociaciones de salarios o precios. Los médicos, por ejemplo, pueden ser susceptibles al sesgo de anclaje al diagnosticar a los pacientes. Las primeras impresiones del médico sobre el paciente a menudo crean un punto de anclaje que a veces puede influir incorrectamente en todas las evaluaciones diagnósticas posteriores.

4

Nuestros recuerdos de eventos particulares también tienden a ser fuertemente influenciados por las cosas que sucedieron después del evento real en sí mismo, un fenómeno conocido como el efecto de desinformación.
Una persona que presencie un accidente de coche o un crimen podría creer que su recuerdo es muy claro, pero los investigadores han encontrado que la memoria es sorprendentemente susceptible a influencias aún muy sutiles.

En un experimento clásico de la experta en memoria Elizabeth Loftus, a las personas que vieron un video de un accidente de coche
Cuando los testigos fueron interrogados una semana más tarde, los investigadores descubrieron que este pequeño cambio en la forma en que se presentaron las preguntas llevó a los participantes a recordar cosas que en realidad no fueron testigos.

5

La forma en que percibimos a los demás y cómo atribuimos sus acciones depende de una variedad de variables, pero puede ser muy influenciada por si somos el actor o el observador en una situación.
Cuando se trata de nuestras propias acciones, a menudo somos demasiado propensos a atribuir cosas a las influencias externas.
Sin embargo, cuando se trata de explicar las acciones de otras personas, es mucho más probable que atribuyan sus comportamientos a causas internas. Porque es perezoso e incompetente o porque carece de diligencia e inteligencia.

6

La gente también tiene una tendencia sorprendente a sobrestimar cuánto otras personas están de acuerdo con sus propias creencias, comportamientos, actitudes y valores, una inclinación conocida como el efecto de consenso falso.
Esto puede llevar a la gente no sólo a pensar incorrectamente que todos los demás están de acuerdo con ellos - a veces puede llevar a sobrevalorar sus propias opiniones.

En primer lugar, las personas con las que pasamos más tiempo, nuestra familia y amigos, a menudo tienden a compartir opiniones y creencias muy similares. Debido a esto, empezamos a pensar que esta forma de pensar es la opinión mayoritaria.
Otra razón clave es que creer que si otras personas son como nosotros aumenta nuestra autoestima. Nos permite sentirnos "normales" y mantener una visión positiva de nosotros mismos en relación con otras personas.

7

Los investigadores han encontrado que los estudiantes tienden a calificar a los profesores guapos como más inteligentes, más amables y más divertidos que los instructores menos atractivos.
Esta tendencia a nuestra impresión inicial de una persona de influir en lo que pensamos de ellos en general se conoce como el efecto halo.
Por ejemplo, los solicitantes de empleo percibidos como atractivos y simpáticos también son más propensos a ser vistos como competentes, inteligentes y calificados para el trabajo.

8

Otro sesgo cognitivo difícil que distorsiona su pensamiento es conocido como el sesgo de auto-servicio. Básicamente, la gente tiende a darse crédito por los éxitos, pero culpa de los fracasos en causas externas. Cuando usted hace bien en un proyecto, usted asume probablemente que es porque usted trabajó difícilmente.
Pero cuando las cosas resultan mal, es más probable que culpar a las circunstancias o la mala suerte.
Este sesgo tiene un papel importante; Ayuda a proteger nuestra autoestima. Sin embargo, a menudo conduce a atribuciones erróneas, como culpar a otros por nuestras propias deficiencias.

9

Después de ver varios informes de noticias de robos de coches en su vecindario, puede empezar a creer que tales crímenes son más comunes de lo que son.
Esta tendencia a estimar la probabilidad de que algo suceda en base a cuántos ejemplos vienen a la mente es conocida como la heurística de la disponibilidad. Es esencialmente un atajo mental diseñado para ahorrarnos tiempo cuando estamos tratando de determinar el riesgo.
El problema de confiar en esta forma de pensar es que a menudo conduce a estimaciones pobres y malas decisiones.

10

Otro sesgo cognitivo que tiene sus raíces en la heurística de la disponibilidad, conocido como el sesgo del optimismo. Esencialmente, tendemos a ser demasiado optimistas para nuestro propio bien. Sobreestimamos la probabilidad de que las cosas buenas nos sucedan mientras subestimamos la probabilidad de que los eventos negativos afecten nuestras vidas.
Asumimos que eventos como divorcio, pérdida de empleo, enfermedad y muerte le suceden a otras personas.
Puede llevar a la gente a tomar riesgos para la salud como fumar, comer mal o no usar cinturón de seguridad.
Esta tendencia hacia el optimismo ayuda a crear un sentido de anticipación para el futuro, dando a la gente la esperanza y la motivación que necesitan para alcanzar sus metas.
Extraído de:

References
Boney-McCoy, S., Gibbons, F. X., & Gerrard, M. (1999). Self-esteem, compensatory self-enhancement, and the consideration of health risk. Personality and Social Psychology Bulletin, 25, 954-965.
Chambers, J. R., & Windschitl, P. D. (2004). Biases in social comparative judgments: The role of nonmotivated factors in above-average and comparative optimism effects. Psychological Bulletin, 130, 813-838.
Klein, W. M. P. (n.d.). Optimism bias. National Cancer Institute. Retrieved from http://cancercontrol.cancer.gov/brp/constructs/optimistic_bias/
Sharot, T. (2012). The optimism bias. TED2012. Retrieved from https://www.ted.com/talks/tali_sharot_the_optimism_bias/transcript?language=en
Weinstein, N. D. (1980). Unrealistic optimism about future life events. Journal of Personality and Social Psychology, 39, 806-820.
Weinstein, N. D., & Klein, W. M. (1995). Resistance of personal risk perceptions to debiasing interventions. Health Psychology, 14(2), 132–140.

1 comentario:

Dose Pharmacy dijo...

Thank you from management goes a long way.